sábado, 22 de agosto de 2009

Y SABÉIS EL CAMINO

Juan 14:4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. (RV60)

Empiezo este Blog haciendo una reflexión sobre la importancia de conocer los caminos de Dios.

Vivimos en un mundo donde el hombre contemporáneo está habido de conocimiento (de todo tipo), y más cuando vivimos en una época donde se facilita la investigación, hay acceso fácil y rápido a través de la Internet a fuentes de información.

¿Sucede lo mismo con el conocimiento de Dios?; ¿hay en esta generación deseos de conocer a Dios y de Dios?

Rom. 1:28 Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios... (BAD). Estas palabras parecen que estuvieran dirigidas a mis coetáneos como la comunidad a la que inicialmente envía la epístola el apóstol Pablo.

Dolorosamente tal como le sucedió al pueblo de Israel,
Ose 4:6 Mi pueblo no tiene conocimiento,
por eso ha sido destruido. (DHH) le sucede a esta generación, son sometidos a destrucción (moral, espiritual...) por no querer conocer los caminos del Señor.

"... y sabéis el camino" es la afirmación que Jesús hace a sus discípulos, ante la cual surge una negación (¿en consenso?):
Jun. 14:5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino (RV60).

Con relación a esto Matthew Henry comenta: "La declaración que Cristo acababa de hacer respecto al conocimiento que de la meta y del camino esperaba de ellos, suscita en ellos precisamente el reconocimiento de la ignorancia en que estaban en relación con todo eso, al mismo tiempo que les aviva el deseo de saber más".
Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bíblico de Matthew Henry (1441). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.


Quienes hemos alcanzado esta Salvación tan grande necesitamos tener mucho interés en el conocimiento del camino de Jesús el Señor, más cuando su preocupación es que sus hijos le conozcan cada día más. A través del salmista dice el Señor:
Sal 32:8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos. (RV 60).
Sal 91:14 "...por cuanto ha conocido mi nombre". (RV60)

El interés no es el reconocimiento de los hombres, la alabanza que muchos, cuando adquieren conocimiento de Dios anhelan; no estoy promoviendo el envanecimiento del hombre (Sal. 115:1 No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, si no a tu nombre da gloria) lo que se debe tener en cuenta son las grandes bendiciones que se alcanzan, la ayuda que brindamos a aquellos que comienzan la vida cristiana (neófitos), el consuelo que podemos darle a otros al encontrarse en dificultades o pruebas y no entender que Dios tiene una salida para sus hijos.

El Sal. 103:7 dice: Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras. El comportamiento de Israel en el desierto fue el de un pueblo contumaz y rebelde, esto se da no porque Dios no los instruyera.

Entre las variedad de sentidos que tiene el verbo notificar en hebreo (aclaro que no tengo conocimiento de este idioma, sólo me remito a lo que dice el diccionario Strong en español) ( יָדַע=yadá) se encuentra el de instrucción. Moisés recibió instrucción de parte de Dios y el pueblo a través de Moisés. No había excusa para tal comportamiento.

Amados hermanos en el Señor y amigos, la vida cristiana no es para vivirla sin emociones, sin sentir nada, pero hemos llegado a un momento histórico en que se está induciendo, por parte de algunos, la vida emotiva, no se sienten bien (los predicadores) si no ven al pueblo exaltado, con mucho júbilo creen que se dirigieron a una iglesia u oyentes fríos; y no se siente bien el pueblo si el que les predicó no les hizo llorar emocionados, así haya predicado con la unción del Espíritu Santo. Nos hemos condicionados a tener en cuenta más la forma que el contenido del mensaje que nos envía el Señor.

He notado que algunos predicadores, no se sienten bien si los oyentes no repiten en cada momento el amén o los aplausos de aprobación a tal punto que lo reclaman a la congregación; pienso que esto no es más que una necesidad que siente el predicador de sentirse bien, con respaldo.

No hay cosa más hermosa cuando te predican y te está llegando el mensaje que tu, del fondo de tu alma, saques un ¡amén!, ¡aleluya!, ¡gloria a Dios!.

Gracias al Señor que "Sabemos el camino"







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